Mantener la importancia
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Jonathan Parish nos ofrece su visión personal sobre la transformación que ha sufrido la OTAN y la suya propia.
Se trataba de un vuelo fácil: todo lo quetenía que hacer era mantener la gran valla a mi izquierda y pilotarrumbo sur. Mi pasajero, perteneciente al Servicio Británico deFronteras, conocía la alambrada al dedillo, y mi misión consistíaen hacer un recorrido aéreo por nuestro sector para que pudieradetectar cualquier muestra de actividad inusual en el otro lado.Pero no se trataba de una línea divisoria cualquiera, sino de laFrontera Interalemana de marzo de 1983, y cada movimiento que hacíami helicóptero Gazella del ejército de tierra británico provocabauna reacción idéntica en el helicóptero Hind soviético que meobservaba desde el otro lado de la frontera.
Durante los seis años siguientes me dediqué a pilotar helicópterosanticarro en la República Federal Alemana. Todas las mañanascomenzaban con la rutina habitual: el parte meteorológico de lazona y un estudio detallado de los equipos militares del Pacto deVarsovia y la OTAN para que fuésemos capaces de diferenciarlos enel campo de batalla cuando disparásemos nuestros misilesanticarro.
Tras mi estancia en Alemania y el curso de Estado Mayor en ReinoUnido, me destinaron al SHAPE en 1990. Mis compañeros bromearonsobre la previsible mejoría de mi nivel de juego en el golf, porquelas siglas SHAPE se interpretaban en inglés como “estupendasvacaciones a costa del erario público”. Esta era la imagen que trascuarenta años de guerra fría había ido surgiendo del estáticocuartel general de la OTAN, caracterizado por las operacionesplanificadas de antemano y la total ausencia de responsabilidadesdirectas. Los planes operativos para derrotar a las masas deblindados soviéticos en las llanuras septentrionales de Alemania nonecesitaban muchas actualizaciones, así que mis predecesores, si nohabían disfrutado de unas estupendas vacaciones sí que por lo menosse las habían arreglado para mejorar su nivel de golf.
Pero yo llegué al SHAPE un año después de la desintegración delbloque soviético y poco después de la Declaración de Londressobre una Alianza del Atlántico Norte Transformada. Y muypronto resultó evidente que la OTAN no iba a seguir siendo la mismaorganización que conocí cuando patrullaba la frontera enhelicóptero. La transformación de la OTAN había comenzado.
Pero ¿qué significa transformación? Parece que existen diferentesrespuestas según a quién se le pregunta, y no he sido capaz deencontrar una definición de esta palabra que resulte aceptable paratoda la Alianza. Mi propuesta es definirla por su objetivo:mantener la importancia de la Alianza dentro del entorno deseguridad y su capacidad para realizar con eficacia las funcionesque desea asumir.
Los cambios que se iniciaron a partir de la Declaración de Londresde 1990 tuvieron su origen en el final de la guerra fría, y sepueden sintetizar en un proceso evolutivo desde un planteamientodefensivo y reactivo hasta uno más proactivo centrado enincrementar la seguridad y la estabilidad. Aunque el compromiso conla seguridad colectiva consagrado en el Tratado de Washington siguey seguirá constituyendo el fundamento de la Alianza y el vínculoque une a Europa y Norteamérica, la transformación de la OTANdurante la última década del siglo XX se ha visto reflejadaprincipalmente en las asociaciones y la gestión de crisis.
Precisamente la gestión de crisis es lo que me mantuvo ocupadodurante los noventa: en los primeros años de esta década estuvedestinado en el SHAPE y participé en el primer despliegue operativoen la historia de Alianza para apoyar a Turquía durante la primeraGuerra del Golfo. También me tocó intervenir cuando la OTANcolaboró en el transporte aéreo de ayuda humanitaria a la antiguaUnión Soviética, y cuando se fue viendo cada vez más implicada enlos Balcanes, primero apoyando la supervisión del armamento pesadopor parte de la ONU, luego vigilando la zona de exclusión aérea ydespués con sus operaciones marítimas para garantizar elcumplimiento de las sanciones de la ONU.
Y en los últimos años de esa década tuve diferentes destinosdentro de las fuerzas armadas de mi país y recibí el mando de unregimiento de helicópteros. Fue en este último puesto donde volví aintervenir en cuestiones relacionadas con la gestión de crisis dela OTAN: los despliegues operativos en Bosnia-Herzegovina y laintervención en Kosovo.
A principios de la década actual me incorporé al Estado MayorInternacional de la sede de la OTAN, donde pude ser testigo de lasiguiente etapa de su transformación tras la decisión adoptada en2002 de traspasar sus barreras geográficas euroatlánticas. Pero loque más me sorprendió entonces es que mucha gente dijera – y losigue diciendo todavía – que Praga significó la Cumbre de laTransformación. En mi opinión fue en Londres donde se marcó elrumbo, mientras que lo que se hizo en Praga fue empezar a navegaren esa dirección.
La amenaza terrorista y el peligro que representan las armas dedestrucción masiva implican que la seguridad de los Aliados cadavez dependa más de lo que ocurre en lugares muy lejanos. En Pragala Alianza reconoció este hecho y empezó a adaptarse a él. Y unaparte de esa adaptación consistía en comprender que ante esasnuevas amenazas hacía falta una colaboración lo más amplia posible,no solamente con otros países sino también con otras organizacionese instituciones internacionales, y de ahí la petición que se hizoen esa Cumbre de “nuevos miembros” y “nuevas relaciones”.
Resulta imprescindible que las funciones ycapacidades de la OTAN se basen en una visión, un entendimiento yuna misión comunes
Pero estas áreas de transformación solamenteimplementaban cambios iniciados con anterioridad; no se trataba deiniciativas completamente nuevas. Durante la Cumbre de Londres de1990 la Alianza tenía 16 miembros que en Praga habían pasado a ser19. Y en 1990 la organización había emprendido una política globalde asociación ofreciendo su mano al Este, igual que hizo en 1994con el Sur, con los países del Norte de África y Oriente Medio (yel año pasado en Estambul la amplió aún más, hasta los Estados dela región del Golfo). Además en la época de Praga la Alianza habíapasado a ocupar el lugar que le correspondía dentro de la red deorganizaciones internacionales, aumentando su cooperación con laUnión Europea, la Organización para la Seguridad y Cooperación enEuropa y las Naciones Unidas.
Algo parecido ocurre con las “nuevas capacidades”: la decisiónadoptada en Praga de crear la Fuerza de Respuesta de la OTANrepresentó el siguiente paso lógico tras la petición hecha enLondres de unas fuerzas multinacionales de gran movilidad yversatilidad, que condujo a la creación del Cuerpo de ReacciónRápida del Mando Aliado en Europa (ARRC). Los cambios en laEstructura de Mando de la Alianza que se anunciaron en Pragapartían de la decisión anterior de reducir a dos los tres Mandosprincipales de la OTAN, eliminando el Mando Aliado del Canal. ElCompromiso sobre Capacidades de Praga se centraba en lascapacidades necesarias para defenderse contra el terrorismo y dioun impulso adicional a la compra de mejores equipos, que ya sehabía visto favorecida por la Iniciativa sobre Capacidades deDefensa aprobada en 1999 en la Cumbre de Washington (en la que seincorporaron tres nuevos miembros a la Alianza y se aprobó un nuevoConcepto Estratégico).
Mirando al pasado podemos considerar que las reuniones de Londresy Praga fueron reacciones ante los cambios producidos en el entornode la OTAN. Si Londres constituyó una respuesta ante el final de laguerra fría, Praga lo fue ante los ataques terroristas contraEstados Unidos del 11-S. Así que Praga no fue la Cumbre dela Transformación, sino que garantizó que la Alianza mantenía elrumbo marcado en Londres, asegurando así que la OTAN mantenía suprotagonismo al asumir nuevas funciones y conseguir las capacidadesnecesarias para llevarlas a cabo con eficacia.
Pero debemos que ser conscientes de que ni siquiera la posesión deequipos militares más modernos en cantidades ilimitadas resultaríaútil si los Aliados no logran ponerse de acuerdo sobre cuándo ycómo utilizarlos. Los recientes acontecimientos han demostrado quedentro de la OTAN se están produciendo cambios que requieren unavisión “transformacional”. Mientras que las amenazas anterioresunieron a los Aliados, las actuales podrían llegar a dividirles,como pudo apreciarse en 2003 durante la crisis de Iraq. Por esoresulta imprescindible que las funciones y capacidades de la OTANse basen en una visión, un entendimiento y una misión comunes, ytambién por eso el Secretario General se ha esforzado últimamenteen impulsar el diálogo político dentro de la OTAN y los Aliados handeclarado su intención de potenciar el componente político de laOrganización en una vuelta a los principios de la Declaración deLondres en 1990.
En resumen, en mi opinión la Declaración de Londres representó lagénesis de la transformación que actualmente lleva a cabo la OTAN,y Praga mantuvo el impulso del proceso avanzando en la direccióncorrecta. Mi trabajo a lo largo de todos estos años ha hecho que merelacione con los resultados de muchas de las iniciativas detransformación de estas dos Cumbres. Pero creo que todas ellasresultarán inútiles si la OTAN no emprende una transformaciónurgente para fomentar el diálogo político interno. Nunca podremosalcanzar una posición común de todos los Aliados si éstos evitanlas cuestiones políticas y de seguridad más controvertidas. En elentorno de seguridad actual resulta obligado discutir todas lascuestiones de este tipo; además hay que hacerlo cuanto antes y dela forma más amplia posible. Si los Aliados no están preparadospara afrontar el reto que supone debatir estos temas dentro de laOTAN, la Organización perderá su protagonismo y se buscará algúnforo alternativo. Estoy personalmente convencido de que la Alianzaconstituye el foro ideal para ese tipo de debates, pero también mepreocupa el que podamos perderlo si no lo utilizamos.
Posdata: Yo también me he transformado. El año pasado cambié miuniforme verde militar por un traje civil gris, y el arma máspeligrosa que puedo utilizar ahora es un lápiz afilado. Dejo a losdemás que juzguen si he conseguido mantener mi relevancia ycapacidad.
Jonathan Parish es oficial superior deplanificación en la Sección de Planificación Política y Redacciónde Discursos de la División de Asuntos Políticos y Política deSeguridad de la OTAN.